Aquí estoy, recién saldio del hospital, con mi nuevo traje de pirata y pintado por mamá, ¿qué te parece?.
A los pocos días fui a la peluquería y me cambiaron totalmente el look. Ahora ya me peino solito por las mañanas, aunque para el maquillaje sigo necesitando ayuda.
Lo que si hago sin ayuda es vestirme y probarme todos los modelitos que tengo en mi arcón de disfraces. De brujo, de pollo, de monstruo,...
He vuelto a ponerme el traje de mago, uno de mis favoritos, ahora ya me queda mejor que no me viene tan grande.
Y la tata me ha pintado de pitufo filosofo. Preparado para irme al partido de futbol, pero papi me ha hecho lavarme la cara primero. ¡Qué decepción!
También me gusta maquillar a papá y dejarlo de ésta guisa:
Él se deja hacer de todo y después se asusta, pero yo sé que en el fondo le gusta tantísimo como a mí. ¡Qué bien lo pasamos!
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