sábado, 9 de julio de 2011

DIARIO PERSONAL DE MAYO

DÍA 5.-
Papá y yo nos vestimos con nuestras mejores galas para preparle a mamá una cena exquisita. El menú no lo recuerdo, pero podría ser cualquier cosa ya que en casa el que cocina es papi y cada día nos deleita con sus maravillas.


Día 6.-
¡Qué malita está la tata! Menos mal que voy siempre bien preparado para la ocasión y llevaba mi conjuntito de enfermero y pude sanarla a tiempo.


Día 8.-
Hace días que no os enseño a los tatos. Como ya van haciendose mayores ya puedo "trastearlos" y jugar con ellos, aunque ellos no se den mucha cuenta. Aquí estamos echando una partidita al "3 en raya". Han empezado las fiestas en el barrio y mi tío Rafa me ha dado mogollón de fichas para ir a las ferias. Esto es chulísimo, todo el día en las colchonetas, los autos de choque, el tío vivo,... Vinieron las tatas a vermepero como yo estaba ocupadísimo en las ferias tuvieron que conformarse con pasear un rato a los tatos.
Mira cómo me lo estaba pasando:

Día 19.-
Cómo os decía los tatos han cambiado muchisisímo, el día 19 fue la fecha de su primer reportaje fotográfico casero y el resultado fue éste:
Al pobre Abel le pesaba más la cabeza, pero cuando se pusieron sentadicos, como tiene más superficie para apoyar el trasero se sujetaba bastante mejor que la Ainhoica.

Día 23.-
Me fui a un Chiquipark con Martín. Me lo pasé genial, me pintaron de león y estuve todo el tiempo pasando por las piscinas de bolas y los laberintos.
A la vuelta a casa nos colocamos con la batería repartida en dos mitades y ofrecimos un macroconcierto a todos los presentes.

Día 27.-
Sigo poniendo fotos de mis tatos. No sé si se aprecia bie en la imagen pero quería enseñaros los ojos de los tatos, de momento son azules y nos encantan a todos.




Día 28.-
¡¡ Qué calor, por Dios !! Menos mal que me han preparado una piscinica en el arenero y paso la tarde así de fresquito.
Superado el calor aprovecho un despiste de mi tato Abel y me coloco en su hamaca como si fuese un bebé. Mira que yo cuando fui pequeño nunca me gustó la hamaquita y ahora la encuentro la mar de cómoda.
Mientras tanto, los tatos aprovechan durante la fresca a que los balanceen un poquillo.
Y como me gusta compartir mis cosas incluso dejo que mamá los refresque en mi improvisada piscina.

Día 29.-
Ron, ron, ron la botella de ron,...
Un nuevo modelito con sus complementos, ahora soy un pirata que surca los mares.
Es tan complicado y cansado ser pirata que acabé de esta facha durmiendo de pie apoyado en el sofá y eso que tan sólo eran las 6 de la tarde. Claro, de ahí me llevaron a la cama y no amanecí hasta el día siguiente para ir al cole (y sin cenar).

Día 31.-
Y para terminar el mes os muestro lo formalicos que somos los tres cuando estamos en casa. Yo pintando y mis tatos en su mundo, pero los tres, muy, muy buenecicos. (Quién piense lo contrario que se lo diga a mamá).

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