Primero nos vistieron de baturros y nos colocaron en un escenario lleno de objetos típicos para decorar las instantáneas.
Yo me cansé enseguida ya que eso de cambiar de pose y tener que sonreir no me agradó demasiado, así que después de que nos cambiasen de ropa ya no quise volver a aparecer en las mismas fotos que los tatos.
Mirad que guapos estaban ellos con su trajecito veraniego.
Mirad que guapos estaban ellos con su trajecito veraniego.
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