Vaya gastroenteritis corrió por la casa.
Primero los tatos y al final y también caí.
Claro que como ellos tienen más reservas que yo no acabaron ingresados en el hospital como me tocó a mi.

Fui a la pediatra 2 veces, me dieron suero que estaba malísimo, lo vomitaba todo y el viernes, día 3 de febrero me pincharon en la mano, me pusieron un gotero y me dieron una habitación para mí solito.

La experiencia no me gustó nada, pero como estaba muy malito y deshidratado no gasté fuerzas ni en quejarme.
Conforme me fui animando fui reclamando una hamburguesa del McDonalds (vaya antojo) y casualidad que me trajeron para comer hamburgesa.

Me venían a visitar, me traían regalos y el domingo ya empecé a animarme a pintar dibujos que puse en las paredes para decorar la planta del Hospital.
El lunes por la mañana vino el profesor del centro y me trajo unas fichas muy chulas para que estudiase, enseguida nos hicimos amigos.

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