No os podeis imaginar lo bien que me he portado todo el año. Eso que no como sólo y a veces hago enfadar a los papás y a los yayos, de no ser así, no puedo imaginar que más me podían haber traido los Reyes Magos.
Primero fui a casa de la yaya Maruja y en el balcón les puse turrón a los reyes y 6 litros de leche para los camellos ya que allí llegarían el día 6.
Luego fuimos a casa de la yaya Ana e hice la misma operación, les puse en la terraza Coca Cola, Calabazas, Vino, Turrón, Bombones y Leche.
Después de cenar, cuando salí a la terraza, se habían comido todo y sólo habían dejado el envoltorio de un bombón y,... ¿mis regalos?.
Mientras me comía el postre llamaron al teléfono y era el Rey Baltasar para decirme que en cuanto acabase el postre tendría mi "recompensa".
Y,... así fue, estaba la terraza llena de paquetes.
Aquí con las tatas Ana y Silvia y con el tío Lorenzo:
Después estuvimos jugando hasta las 3 de la mañana los yayos, los papás y yo.
También me llevaron un puzzle de Cars a casa de mis vecinos Pili y Carmelo, además de un dominó de animalitos. A los tatos les llevaron un juego de bolos y una bolsa de gusanitos, que les encantan.
Al día siguiente, después de la comida, llegaron los Reyes a casa de la yaya Maruja. Ahí todo el mundo recibió su regalo, mayores y pequeños recibieron alguna cosa.
Me encargué de ser el ayudante de los Reyes y fui repartiendo los paquetes y ayudando a abrirlos.
A mi me trajeron una barquita pirata de los Playmobil, una sudadera de color rojo de Cars y unos puzzles de Foam, de los pitufos, para poner en el suelo de mi habitación.